Si estás acostumbrado a pedalear sabrás que los peores enemigos del ciclista son el viento y la lluvia. Hay veces que una chaqueta acaba resultando demasiado, si sólo queremos protegernos del viento o llovizna.. Por ello, los chalecos de bici tienen una función muy práctica cuando se trata de protegernos del viento o la lluvia poco intensa, ya que al mismo tiempo ventilan al tener los brazos al descubierto. Por esto, el chaleco es una de las prendas más prácticas del ciclismo, pues nos protege la zona del tronco que es la parte del cuerpo que más aire recibe.
Además, lo mejor de todo es que apenas ocupa espacio para transportarlo, por lo que es fácil de almacenar dentro de tu mochila o directamente en los bolsillos del maillot. Tampoco debes preocuparte si el chaleco tapa tu maillot o chaqueta, ya que los hay transparentes para una correcta visibilidad en el caso que lleves un dorsal.
Otra función muy práctica de los chalecos de ciclismo es que mejoran la visibilidad, por lo que los hace muy recomendables para los ciclistas urbanos, ya que sus elementos reflectantes y colores fluorescentes ayudan a que el resto de ciclistas y conductores nos identifiquen rápidamente. De todas maneras, si circulas habitualmente en bici entre el tráfico no está de más que incorpores algún tipo de luz en tu bicicleta, equipación o casco y así evitar daños mayores.