No empieces a pedalear sin él, porque puede ser el accesorio que te salve la vida. El casco de bicicleta es el elemento básico de la equipación del ciclista y debes ponértelo por muy corto que sea el trayecto en bici, ya que será tu fiel escudero y lo llevarás siempre, vayas donde vayas.
Por esto, debes escoger el casco de bicicleta que mejor se adapte a ti, tanto en su comodidad como en el diseño y aerodinámica. Existen diferentes tipos según la modalidad de ciclismo y las gamas: casco clásico, casco integral, cascos BMX, y cascos aerodinámicos para triatlón y contrarreloj. Sea cual sea tu elección a la hora de comprar un casco de ciclismo, no te orientes sólo por el diseño y ten en cuenta otros aspectos como el peso o la ventilación, que es buena tanto para una adecuada visibilidad como para regular la temperatura en verano e invierno mientras pedaleas con tu bici.
Cuando lo tengas, recuerda ajustarte el casco adecuadamente, de tal manera que quede completamente en posición horizontal y abrochado correctamente para que no se mueva con las vibraciones. Regula al milímetro las correas que fijan el casco por debajo de la mandíbula, así como la fijación de la nuca. De esta manera, conseguirás un ajuste confortable y óptimo a la vez.
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No olvides que el casco no sólo protege de un impacto en una caída en bicicleta, sino que en verano también nos reducen el impacto del sol en nuestra cabeza, además de cumplir con la normativa de seguridad vial si se circula pedaleando por carretera o ciudad. Así que no te lo pienses y tómalo como una costumbre rutinaria hasta que ya no sepas salir a pedalear sin tu casco.