No es coincidencia que Bell sea tanto el primer nombre en velocidad como el primer nombre en cascos. Nacido en la escena de carreras y “hot rod” de California en la década de 1950, el fundador de Bell, Roy Richter, construyó toda una industria anticipándose a las necesidades insatisfechas de aquellos con unas ganas hambrienta de velocidad. La gente quería conducir rápido... él unió todas las piezas de “go-fast” que pudo encontrar en la primera tienda de velocidad del mundo. Querían correr y él les construyó coches de competición. Y cuando la necesidad de velocidad comenzó a revelar algunas realidades sombrías, Roy también hizo algo al respecto y nació Bell Helmets.
Roy Richter pasó su vida eliminando los límites de lo que era posible y su espíritu ilimitado ha sido la luz que ha guiado a Bell durante casi 60 años, ganándose la admiración, la confianza y la lealtad de generaciones de campeones. A lo largo de esos años, casi todos los avances en la lista de "primeros" cascos se construyeron bajo los estandares de Bell. Ese impulso para anticipar y mejora continúa, como una parte tan importante del espíritu de Bell hoy como lo fue en la época de Roy.
Ya sea para carreras de coches, motociclismo o ciclismo, Bell es sinónimo de confianza y genialidad.
Bell existe para inspirar y habilitar a la próxima generación de rompedores de límites. Bell no solo fabrica cascos; fabrica posibilidades. Nacido en un garaje. Impulsado por la grasa y la voluntad. Guiados por la pura intención de animar al mundo a vivir, montar, conducir y prosperar. De la mano de los mejores pilotos y ciclistas del mundo, Bell continúa permitiendo que los mejores del mundo sean aún mejores.
Los clientes son lo más importante para Bell. Bell busca la utilidad, manteniéndola auténtica y compartiendo energía.
Bell nació para satisfacer un conjunto específico de necesidades. La estética de Bell es excepcionalmente atractiva en su utilidad especialmente diseñada de la misma manera que un auto de carreras o un avión de combate. Sus productos están diseñados teniendo en cuenta todos los aspectos de su función. Que sean atractivos en su estética última es secundario. Bell crea un producto de seguridad esencial fabricado para usarlo y ofrecer un excelente rendimiento.